jueves, 19 de mayo de 2011

Ocaso

Capitulo III
Dj. Maxim

Me desperte con un dolor que me martillaba la cabeza. A mi lado la sabanas lucian arrugadas y a punto de caer al suelo, lo que significaba que James habia pasado la noche conmigo.

Tiempo atras, despues de la muerte de mi padre, el se quedaba en casa todas las noches, acompaῆandome cuando la depression y la soledad me provocadan pesadillas, y pasaba las noches en vela, por miedo de dormir.

Desde que James rompio con Katy, nuestra relacion cambio radicalmente, no se si para empeorarla, ahora era mas frio… mas distante. Supuse que quizas James me culpaba por su ruptura, Katy siempre estaba celosa de nuestra relacion, a pesar de no tener ningun motivo… motivo… el recuerdo de los labios de James sobre los mios barrio con la poca serenidad que conservaba y me provoco un aceleramiento en el pulso.

Me incorpore de la cama de un salto. Deslice mi pajama y vi mi reflejo en el espejo: semidesnuda con bra y panties de color negro que resaltaban mi palidez. Mi cabello negro alborotado caia a medias sobre mi rostro, resaltando el raro verde lima de mis ojos.

“Para alguien que ha dormido tanto, te vez fantastica”, me dije a mi misma.

Camine en silencio hasta la ducha, y al girar el pomo, este fue empujado por una fuerza que no era mia. Di un paso atras, asustada, y me cubri los labios con una mano para no gritar.

Frente a mi, James usando la misma ropa del dia anterior, pero con una frescura renovada. Por su cuello pequeῆas gotas de agua deslizandose hasta desaparecer por debajo de su camiseta. En vez de lavanda, como de costumbre, olia a mi shampoo de limon.

Me quede paralizada, observndo como mi “casi hermano” recorria mi cuerpo semidesnudo con una mirada intensa y una sonrisa oscura dibujada en sus labios.

-!James!- grite, saliendo de mi paralisis temporal.

-Que?- me respondio, encogiendose de hombres en un gesto de desinteres.

Sin decir otra palabra, me gire y camine hacia la cama, tome una de las sabanas y me envolvi en ella. James me siguio, hablando sobre lo escandalosa que era y riendose abiertamente.

-Por que te ries?, depravado… obseno!

-Obseno yo?, tu eres la que me recive semidesnuda… asi recives a todas tus visitas?

Abri la boca para decir algo y volvi a cerrarla de nuevo. Tome las almohadas y cualquier cosa solida con la que pudiese golpearlo y commence a lanzarselas.

-Vete… y no vuelvas- masculle , tomando un reloj de plastico y lanzandose directo a la cara. Por supuesto, James lo esquivo con facilidad, era agil y eso era un punto a su favor. Saliendo de la habitacion comenzo a desender por la escalera, hasta detenerse en medio de la sala, alzando sus manos.

-Ahora me marchare… y no regresare nunca mas- se giro gracilmente y avanzo hacia la puerta, la abrio y se detuvo- No supliques- dijo- te ves patetica haciendolo- concluyo, con una sonrisa malisiosa.

Llegue a la puerta para hacegurarme que James ya se habia marchado. Puse el seguro y me lance al sofa, envolviendome en la sabana. Me mordi el labio y sonrei como una tonta al recordar la expression de sorpresa de James… Dios, pero el era mi mejor amigo, no me podia permitir sentir esas cosas y arruinarlo todo.

Diambule de nuevo rumbo a mi habitacion. Cogi unos jeans negros y una camiseta verde con cintas que rodeaban mi cintura. Recorde al llegar a la puera que no podia salir descalza, regrese a mi cuarto sientiedo ansiedad al ver el lugar donde James habia dormido… tome mis zapatillas negras y sali.



Detestaba manejar, pero no habia otra manera de llegar al trabajo. Conduje a una velocidad prudente, exaltandome con cada ser viviente que aparecia a las orillas del bosque, recordando a Jared.

Cuando llegue al Planeta del ritmo, la tienda de discos donde trabajaba, Dj Maxim me recibio con un saludo de fumador, alzando su cigarillo y mostrandome sus dientes amarillos… Su largo cabello rojo habia sido reemplazado por unas rastas cortas de color negro, y un nuevo piercing adornaba su ceja derecha. Su ropa gastada, vintage y negra, tambien habia sido cambiada por ropa holgada y de colores.

-Hey hermana, sabias que ya llego la nueva coleccion del dios Marley que encargaste a la disquera la semana pasada?- inquirio, con voz aspera.

-No tenia ni idea. Supongo que el reggae es tu fuerte, asi que dejo todo en tus manos.

-Suave- dijo, moviendo la cabeza ligeramente. Dio otra calada a su cigarro y me lanzo las llaves del local en medio de una nuve de humo- Te veo maῆana hermana. Paz.

-Paz- respondi, hacienda la V con mis dedos.

No era una sorpresa que de repente a Maxim le gustara Marley y cambiara su cabello largo por rastras, cuando dias atras se habia vestido todo de platino y habia adquirido varios discos de musica electonica. De hecho, Maxim cambiaba de cultura, prototipo, arquetipo y gusto musical cada semana, si era posible.

Mi trabajo consistia en recomendar discos y convencer a la gente de comprar la mayor cantidad de estos. No me disgustaba, todo lo contrario, tenia una muy buena intuicion con respecto a que tipo de musica recomendar, por el simple hecho de ver la ropa y la actitud de quien estuviera en busqueda de nuevos ritmos.

Al atardecer la tienda estaba tan desierta como mi estomago sin comida. La politica de Maxim era llevar al trabajo comida sana, hecha en casa. En la maῆana, con toda la locura de James en mi cabeza, me olvide de desallunar y preparar el almuerzo.

“Tienes gastritis”, habia dicho el Dr. ,Morland tres meses atras. Desde entonces le habia hecho creer a el y su familia que me tomaba la enfermedad muy en serio.

Ni siquiera me culpaba por mis propios descuidos. Los huerfanos son asi, descuidados.

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